Las nuevas tecnologías y metodologías han demostrado su eficacia a la hora de hacer que la educación sea más eficaz y se adapte a las necesidades y habilidades únicas de cada estudiante. La educación flexible y en línea ha llegado para quedarse.

Bridging the gap between classrooms and real world 

Los enfoques formulistas y basados en el aprendizaje memorístico de la educación presencial están cada vez más obsoletos en un mundo en rápida evolución e impulsado por la tecnología. A medida que la tecnología avanza a pasos agigantados cada año que pasa, las carreras más gratificantes son aquellas en las que los profesionales pueden utilizar enfoques innovadores y creativos para aplicar lo que han estudiado en los libros de texto.

Tomemos como ejemplo las matemáticas y las ciencias. Vivimos en un mundo complejo en el que todos nuestros hábitos y comportamientos pueden cuantificarse. Queremos saber cuántas horas dormimos, cuántos pasos damos cada día, cómo late nuestro corazón mientras hacemos la compra y cómo responde nuestro cuerpo a un tipo de música. Esta es la era del big data, la analítica, el reconocimiento de patrones y la inteligencia artificial. La educación en el aula puede ser más eficaz si los profesores establecen conexiones significativas entre las lecciones académicas y el mundo real.

Itinerarios personalizados para el aprendizaje

Si la educación puede ser lo suficientemente flexible como para dar cabida a las fortalezas y las inclinaciones de aprendizaje de cada estudiante, se habrá ganado más de la mitad de la batalla. Si los estudiantes cuentan con la capacidad de diseñar su educación y elegir qué aprender y cómo aprender (mediante la toma de decisiones informadas), es probable que se esfuercen más por aprovechar al máximo sus horas de clase y más allá de ellas.

Cada estudiante es único. El sistema educativo debe ser flexible para celebrar esta singularidad y ayudar a los estudiantes a alcanzar sus objetivos profesionales. Esto ya se está haciendo en algunos lugares. Por ejemplo, la Universidad de Leiden, en los Países Bajos, ofrece itinerarios de aprendizaje flexibles en los que los estudiantes pueden hacerse cargo de su educación para adaptarla a sus ambiciones personales. Los profesores les orientarán en la creación de un itinerario educativo único que complemente sus talentos e intereses.

Un alumno puede tener una inclinación natural hacia los números, mientras que otro puede ser bueno para comprender conceptos. Un alumno puede ser rápido para detectar errores, mientras que otro puede ser bueno con las palabras y la escritura. La enseñanza puede ser más eficaz si se optimizan las fortalezas de cada alumno para crear una experiencia de aprendizaje integral.

Las universidades comenzaron a ofrecer itinerarios de aprendizaje flexibles.

Un plan de futuro

Las vías de aprendizaje personalizadas tienen beneficios que van más allá de la experiencia de aprendizaje en el aula. Tomemos el ejemplo de Rhiannon Dunn, profesora de noveno grado en la escuela secundaria Science Hill High School de Johnson City, Tennessee (EE. UU.), que ha aplicado el concepto de aprendizaje personalizado que los alumnos pueden elegir por sí mismos. Dunn creó un círculo literario en el que los alumnos tienen la libertad de elegir cualquier libro para su tiempo de lectura independiente. También pueden decidir cómo les evalúa la profesora en esta actividad de aprendizaje. Esto transmite a los alumnos un mensaje claro: ellos tienen voz en su proceso de aprendizaje.

El estudiante se interesa activamente por trazar un plan de acción para el futuro vinculando la educación con la carrera profesional en la que más se ve a sí mismo. Tiene en cuenta sus intereses, sus puntos fuertes naturales y su curiosidad, y los alinea con la profesión que ha elegido. Los estudiantes son capaces de elaborar un plan para su vida profesional y ser proactivos en la toma de decisiones mientras cursan sus estudios.

Dado que los alumnos se responsabilizan de su propia educación, es probable que se interesen más y se impliquen más en el proceso de aprendizaje. De ser observadores pasivos en el aula, se convierten en alumnos activos. Cuando la trayectoria de aprendizaje personalizada de un alumno incluye métodos de enseñanza creativos, lo ideal es que los alumnos continúen aprendiendo también fuera del aula.

¿Qué ocurre si un estudiante cambia de opinión después de un tiempo en la trayectoria? Esto podría suceder, ya que no se puede esperar que los estudiantes sepan con certeza lo que quieren. La trayectoria educativa debe ser lo suficientemente flexible como para permitir que un estudiante explore adiciones o cambios sin sentir que está perdido o que tiene que empezar de cero. Por lo tanto, el asesoramiento educativo es extremadamente importante para garantizar que el estudiante se comprometa y se le permita cierto margen de maniobra para ajustar la trayectoria de aprendizaje.

Inculcar el espíritu de curiosidad

Un enfoque creativo del aprendizaje debe comenzar en el aula, donde los alumnos adquieren la confianza de que el aprendizaje no tiene por qué ser algo fijo o impuesto. Se trata más bien de un proceso que dura toda la vida, que puede ser lúdico y que fomenta el espíritu de investigación del alumno. La curiosidad y el deseo de saber son la base de una educación significativa. Esta curiosidad se ve impulsada por la personalización del aprendizaje, de modo que el alumno puede avanzar a su propio ritmo y en su propio tiempo, utilizando el formato que le da los mejores resultados.

Un camino indicado para cada estudiante

Vivimos en un mundo que cada vez valora más nuestra singularidad y ofrece soluciones personalizadas a nuestras necesidades. Ya sea en publicidad, tecnología, salud, belleza o fitness, la personalización se ha infiltrado en todos los aspectos de nuestra vida. ¿Por qué debería ser diferente en el ámbito educativo?

Trazar un camino único para cada estudiante es una perspectiva emocionante en la que el estudiante, el principal interesado en la educación, tiene la máxima influencia y también el máximo beneficio del proceso.

Fuentes: