La ansiedad matemática es un problema muy común, se estima que el 90 % de la población adulta la padece en mayor o menor medida. Queremos ver cómo afecta a la sociedad, sus repercusiones en los empleos del futuro y cómo superarla.
¿Cuántas veces hemos oído decir a alguien «no se me dan bien los números» o «las matemáticas me ponen nervioso»? Muchas veces, al parecer. La ansiedad matemática es, en su nivel más básico, el miedo a utilizar números en cualquier forma, ya sea para calcular o para comprender conceptos a través de números y datos, grandes o pequeños.
La Mathematical Association of America ha afirmado que, según algunas estimaciones, el 93 % de los adultos estadounidenses experimentan algún tipo de ansiedad matemática. La ansiedad matemática ha sido estudiada por psicólogos y científicos durante años, y la primera identificación de la «ansiedad numérica» se remonta a 1957.
Los estudios iniciales de la ansiedad matemática intentaron separarla de la ansiedad general y el rendimiento. Si tenemos confianza en las matemáticas, rendimos mejor en ellas. El Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes llevó a cabo un estudio global a gran escala con estudiantes de 15 años de 64 países en 2012. El estudio descubrió que la ansiedad matemática estaba relacionada negativamente con el rendimiento en matemáticas: los estudiantes con altos niveles de ansiedad matemática obtuvieron peores resultados en la asignatura en comparación con aquellos que mostraban niveles más bajos de ansiedad. La ansiedad matemática activa el centro del miedo en el cerebro y bloquea la capacidad de resolución de problemas del estudiante, aunque este sea muy capaz.
El impacto negativo de la ansiedad matemática
La ansiedad matemática es muy real y puede impedir que un estudiante alcance su máximo potencial profesional. Se sabe que la falta de confianza en las matemáticas y las creencias negativas sobre la capacidad innata para los números que se adquieren en los primeros años de vida provocan una ansiedad persistente que se extiende a lo largo de la etapa escolar e incluso más allá. Como resultado, muchos estudiantes dudan en elegir STEM y optan por materias que no implican matemáticas. Aunque puedan tener una gran capacidad para comprender conceptos complicados y la inteligencia necesaria para resolver problemas, los estudiantes evitan las materias STEM para no tener que lidiar con los números a diario.
Igualdad de género
Varios estudios muestran que la ansiedad matemática parece ser mayor en las mujeres que en los hombres, aunque las diferencias relacionadas con el género en cuanto al rendimiento en matemáticas son pequeñas o inexistentes. Esto ilustra que la ansiedad matemática tiene un sesgo de género debido al impacto de los estereotipos de género. Estos estereotipos generan barreras subconscientes entre las niñas, que se consideran menos capaces de rendir bien en matemáticas y STEM.
Matemáticas en el trabajo
Dado que el futuro laboral exige un mayor uso del big data, el análisis de datos y la cuantificación de las experiencias humanas, la necesidad de talento en el ámbito numérico no hará más que aumentar. La Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU. ha estimado que, entre 2016 y 2026, habrá un aumento del 28 % en las profesiones que utilizan las matemáticas. Esto significa que los estudiantes que se sienten cómodos con las matemáticas pueden inclinarse por estas profesiones y tener mejores perspectivas laborales. Pero, ¿qué pasa con aquellos que sufren ansiedad matemática? Tendrán que elegir entre enfrentarse a la ansiedad y superarla, o buscar otras profesiones que no requieran matemáticas.
Superar la ansiedad a las matemáticas
El amor (o el odio) por las matemáticas tiene sus raíces en la infancia. Los padres y los profesores desempeñan un papel crucial a la hora de hacer que las matemáticas sean divertidas para los niños. Pueden hacerlo asegurándose de que su propia ansiedad, si la tienen, no se transmita al niño.
También es importante romper los estereotipos y los imaginarios relacionados con las matemáticas: debemos cambiar la percepción de que las matemáticas son una materia difícil, aburrida y propia de los hombres.
La tecnología puede ayudar a que las matemáticas sean divertidas en el contexto más amplio de los juegos, la resolución de problemas y las actividades de aprendizaje basadas en la diversión. Las aplicaciones y los sitios web con una experiencia interactiva pueden atraer los objetivos de rendimiento de los estudiantes, reduciendo así el miedo a los números.
Para hacer frente a la ansiedad matemática se requiere un enfoque social holístico con una mayor concienciación en todos los puntos de interacción de la educación de los alumnos: el hogar, la escuela, el sistema educativo y el grupo de compañeros. La buena noticia es que la ansiedad matemática se reconoce cada vez más como un problema psicológico. Las soluciones también están al alcance de la mano, si estamos dispuestos a prestar atención.
Fuentes:
- npr.org: Math anxiety is real. Here’s how to help your child avoid it.
- girlsschool.org: The math-anxiety performance link. A global phenomenon.
- Frontiers in psychology: Gender differences regarding the impact of math anxiety on arithmetic performance in second and fourth graders
- Harvard business Review: Americans need to get over their fear of math.